Este miércoles las crisis en Afganistán, Yemen o Libia centraron buena parte de la intensa agenda diplomática que tiene lugar en paralelo a la Asamblea General de la ONU, donde el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aprovechó su discurso para exigir el levantamiento de todas las sanciones y bloqueos contra su país.
En la segunda jornada de la Asamblea General, la atención se trasladó en buena medida del hemiciclo a otras estancias, y también espacios virtuales, consecuencia de la pandemia, en los que jefes de Estado y ministros han debatido algunas de las situaciones más problemáticas de la escena internacional.
Tal fue el caso de Afganistán, que centró una reunión privada de los titulares de Exteriores del G20 en preparación de una cumbre que las potencias tienen previsto dedicar a la situación en el país del Medio Oriente los próximos 30 y 31 de octubre en Roma.
Una vez más se señalaron como grandes prioridades el suministro de ayuda humanitaria a la población afgana y evitar que el país vuelva a convertirse en una base para el terrorismo de grupos como Al Qaeda y el Estado Islámico.