La justicia californiana condenó al fabricante de automóviles eléctricos Tesla a pagar a un exempleado afroamericano 137 millones de USD en daños y perjuicios, por hacer omisiones ante el racismo que sufrió en una de sus fábricas, lo que envía un fuerte mensaje al mundo corporativo de Estados Unidos, informó su abogado este martes.

«Concedieron una suma que puede ser un llamado de atención para las empresas estadounidenses», mencionó el abogado civil Larry Organ. «No participen en conductas racistas y no permitan que las conductas racistas continúen», añadió.

Contratado por medio de una agencia de empleo, Owen Díaz trabajó entre junio de 2015 y julio de 2016 en la planta de Fremont de la compañía, donde fue objeto de insultos racistas y un ambiente de trabajo hostil, según narran los documentos judiciales.

Díaz mencionó durante el juicio que los afroestadounidenses de la planta, donde también trabajaba su hijo, sufrían denigraciones constantes y les ponían apodos racistas.

La «imagen progresista de Tesla era una fachada para ocultar el trato denigrante hacia sus empleados afroamericanos», asegura la demanda. Díaz señaló que, a pesar de las quejas a la dirección, Tesla no tomó cartas en el asunto para poner fin a estos comportamientos.