En una carta enviada al Parlamento neerlandés, el Ejecutivo en funciones expresó su «horror por la muerte de este intérprete” y condenó «cualquier acto de violencia contra los civiles afganos”, pero destacó que es difícil confirmar lo ocurrido. «Países Bajos no tiene presencia en Afganistán, por lo que es imposible determinar de forma independiente si fue asesinado y por quién”, detalló.

El intérprete trabajó en la sede de la misión policial europea de EUPOL en Kabul y el 16 de agosto fue registrado en una lista de personas que serían trasladadas a Países Bajos tras el control del poder por parte de los talibanes. «El 21 de agosto se avisó al intérprete para que fuera al aeropuerto de Kabul, pero nunca llegó allí”, subrayó el Ejecutivo, quién señaló que el caso es «complejo e involucra a más personas que solo el intérprete afgano en cuestión”.

Junto a la misiva, firmada por los ministerios de Exteriores, Defensa y Justicia, fue enviado al Parlamento un anexo confidencial con detalles que no pueden ser publicados por la privacidad de todos los involucrados en el asunto, incluidos los padres de la víctima. De acuerdo con familiares del intérprete, el 13 de octubre un representante talibán llamó a la puerta de su casa, «preguntaron por él y cuando confirmó quién era, de repente empezaron a dispararle con un AK-47” hasta matarlo.

Había estado durmiendo en diferentes lugares en las semanas previas, aunque sus amigos y familiares ya no podían darle refugio ya que sus vidas también corrían peligro si los talibanes se enteraban de que lo estaban ocultando.