La secretaria de Cultura del estado, Ana Paola López Birlain, hizo un reconocimiento a Leticia de Altamirano, avecindada en Querétaro desde hace más de 30 años y en la actualidad una de las sopranos más importantes de México, nombrada  “Voz del Bicentenario” en 2010 por el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

 

De Altamirano debutó en el Palacio de Bellas Artes en 2007 en Diálogos de Carmelitas y desde entonces ha sido protagonista en óperas como La Hija del Regimiento, La Traviata, Rigoletto, Carmen, La Bohéme, L’Orfeo, Béatrice et Bénédict, Turandot, El Rapto en el Serrallo, Don Giovanni, además de obras de oratorio, homenajes y galas.

 

Ha cantado con figuras como el tenor Javier Camarena en la ópera Los Puritanos de Bellini y en la gala Stars of the operatic sky para la edición número 60 del Litomyšl Smetanova Festival en República Checa; con el legendario José Carreras, con quien se ha presentado en varias ocasiones y como parte de su tour mundial “José Carreras: A life in music”, y con el gran tenor Ramón Vargas en ópera como en conciertos.

 

La artista se ha presentado en Europa, Estados Unidos y Sudamérica, destacando sus actuaciones en el estreno en Francia de Beatrix Cenci, obra de Alberto Ginastera que obtuvo el “Premio al mejor espectáculo lírico del año”.

 

Ha sido también ovacionada por sus interpretaciones como Lucia di Lammermoor de Donizetti en el Teatro Amazonas en Manaus, Brasil; en Uruguay como Gilda en el Rigoletto de Verdi en el Teatro Solís de Montevideo; en Bulgaria en el Baile de máscaras de Verdi con la Opera y Ballet de Sofia.

 

La soprano ha participado en importantes festivales internacionales en Francia, República Checa, Estados Unidos, Brasil y México. Actualmente representa el papel de Gilda en la ópera Rigoletto, de Giuseppe Verdi, que se presenta en el Palacio de Bellas Artes, con la dirección concertadora de Benjamín Pionnier y la dirección escénica de Enrique Singer.

 

En esta ocasión la ópera Rigoletto aborda temas universales como el abuso de poder, la corrupción moral y la violencia machista, pero desde una perspectiva que busca resonar con el contexto mexicano de mediados del siglo XX, pues está ambientada en el México de los años 60.