La Secretaría de Salud (SESA) del estado de Querétaro se une a la conmemoración del Día Mundial de la Salud Digestiva, cada 29 de mayo, con el propósito de concienciar a la población sobre la prevención y el tratamiento de las enfermedades digestivas. 

La fecha del 29 de mayo se eligió por ser el día en que se fundó la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO). En la actualidad sus integrantes realizan campañas de salud pública en el mundo y cada año enfocan su atención en una enfermedad o trastorno digestivo, para sensibilizar a la población sobre el diagnóstico, prevención y tratamiento.

El sistema digestivo tiene como función primordial extraer los nutrientes de los alimentos ingeridos que servirán para producir la energía que necesitamos en nuestra actividad diaria, así como generar las enzimas y microorganismos que forman los distintos órganos y sistemas de nuestro organismo.

Para tener una buena salud digestiva se requiere consumir alimentos ricos en fibra y agua, así como verduras y probióticos que favorezcan el óptimo funcionamiento de la flora intestinal, acompañado de actividad física diaria, lo que evitará enfermedades gastrointestinales.

De acuerdo con la Organización Mundial de Gastroenterología, para evitar enfermedades digestivas se debe consumir fibra, nutriente de origen vegetal que está constituida por celulosa y carbohidratos; que al pasar por el tubo digestivo limpia la formación de desechos, mismos que se eliminan a través de las heces.

Algunos de los alimentos altos en fibra son: cereales integrales, avena, trigo, linaza, espinaca, apio, jitomate, manzana, pera, uvas, nueces, almendras y cacahuates, entre otros. El consumo de agua es fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo, por ello se debe beber entre 1.5 a dos litros de agua al día, cantidad suficiente para favorecer el proceso de digestión.

Los probióticos son los encargados de regular la flora intestinal, digerir la comida, absorber nutrientes y en algunos casos prevenir el cáncer de colon. Se encuentran en productos como el yogurt, chocolate y jocoque.

La actividad física es esencial para la digestión, ya que favorece el metabolismo, mejora el movimiento intestinal y acelera los procesos digestivos, además reduce el estrés y el riesgo de sufrir estreñimiento. Los médicos recomiendan realizar mínimo 30 minutos de actividad física al día.

Cuando hacemos que la salud digestiva sea una prioridad, las personas se empoderan para gestionar su bienestar de forma proactiva, mitigando el riesgo de trastornos gastrointestinales y complicaciones asociadas. 

Una dieta equilibrada y nutritiva, junto con opciones de estilo de vida que apoyen el bienestar digestivo, no solo mejora la salud física, sino que también contribuye al equilibrio mental y emocional. Los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades del aparato digestivo se destacan: la alimentación inadecuada, el sedentarismo y el estrés.

Entre los padecimientos referentes con el aparato digestivo están la acidez gástrica, el cáncer, el síndrome del intestino irritable e intolerancia a la lactosa. Así como los cálculos biliares, colecistitis y colangitis, problemas rectales; padecimientos del esófago; males estomacales; padecimientos hepáticos; pancreatitis; reflujo, colitis ulcerativa, síndrome del intestino corto, entre otros.

Los signos y síntomas más comunes de este tipo de enfermedades están el sangrado, distensión, estreñimiento, diarrea, acidez gástrica, incontinencia, náuseas, vómitos, dolor en el abdomen y aumento o pérdida de peso. Ante la presencia de alguno de estos se debe acudir a recibir atención médica

Con la finalidad de facilitar la regularidad intestinal se recomienda mantener hábitos saludables:

• Alimentación: Consumir alimentos ricos en fibra y bajos en grasas (pescados, huevos, carnes magras), legumbres, frutas y verduras. 
• Actividad física: Caminar, hacer ejercicio de forma regular.
• Reducir el consumo de carnes grasas, harinas, azúcares.
• Evitar el consumo de bebidas alcohólicas y gaseosas.
• Comer despacio y masticar bien los alimentos.
• Tomar agua hervida, clorada o purificada.
• Reducir y manejar el estrés.
• Dormir bien.