La Secretaría de Salud (SESA) del estado de Querétaro informa que el sarampión es una enfermedad prevenible por vacunación; como lo indica la Cartilla Nacional de Salud, el esquema de vacunación es de dos dosis, la primera a los 12 meses cumplidos y la segunda a los 18 meses o los seis años, según el año de nacimiento de la persona a vacunar. Niñas y niños nacidos antes de 2022, se aplica la segunda dosis a los seis años.
Para la población general menor de 39 años, es necesario revisar la Cartilla Nacional de Salud para verificar si cuentan con dos dosis de la vacuna triple viral (SRP), que protege contra sarampión, rubéola y paperas, o con dos dosis de la vacuna doble viral (SR), que protege contra sarampión y rubéola.
En caso de tener ambas dosis, no se requiere vacunación adicional, ya que se estima una protección del 97 % a largo plazo. Si solo cuentan con una dosis recibida en la infancia o adolescencia, se aplicará una dosis de refuerzo de la vacuna doble viral (SR). Esto tomando en cuenta que en 2021 se llevó a cabo una campaña de seguimiento y que todos deberían estar vacunados.
Cabe señalar que el sarampión es un padecimiento viral altamente contagioso causado por un virus, cuyo único reservorio es el ser humano. Se transmite a través de gotitas expulsadas al hablar o toser, así como por contacto directo con secreciones nasales o faríngeas de personas infectadas.
En esta enfermedad se presenta fiebre, ojos rojos (conjuntivitis), nariz congestionada, tos y pequeñas manchas blancas en el interior de la boca. Después, aparecen ronchas pequeñas y planas (exantema maculopapular) que empiezan en la cabeza y se extienden hacia los pies. Estas ronchas suelen salir alrededor del día 14 después de la exposición al virus y duran entre cuatro y siete días, seguidas por la descamación de las lesiones.
Los casos graves de sarampión son más comunes en niños y niñas pequeños que están desnutridos o tienen el sistema inmunológico debilitado. Las complicaciones más frecuentes incluyen infecciones del oído medio, neumonía, inflamación de la garganta y vías respiratorias (laringotraqueobronquitis) y encefalitis, que pueden ser causadas por el virus o por infecciones bacterianas adicionales.
Se ha fortalecido la actualización médica para la identificación y manejo de casos probables en el Sistema Estatal de Salud. Asimismo se ha intensificado la búsqueda activa de casos probables en la población y se realiza seguimiento de la totalidad de contactos e identificación de la cadena de transmisión para poder cortarla y contener el daño. En los casos que se requiera se implementarán acciones de control correspondientes, las cuales incluyen cerco epidemiológico y bloqueo vacunal en torno a los casos. Se invita a la población a acudir de inmediato a la unidad de salud más cercana si presentan algún síntoma, y a no automedicarse.