La secretaria de Cultura del estado, Ana Paola López Birlain, inauguró en el Museo de los Conspiradores la exposición “La Catrina, un recorrido por la historia del arte”, en la que la autora, María Eugenia Ortiz Valenzuela, invita al público a viajar a un mundo de color, simbolismo y aprendizaje, un períplo dentro de la historia del arte que resulta divertido y apasionante.
En la muestra cada una de las obras es arte dentro de la historia del arte, con un estilo propio y fresco que recuerda al “arte naïf” (también conocido como arte ingenuo), cuya influencia en el trabajo de Maru Ortiz se muestra en la simplicidad de la técnica, con perspectiva plana y colores muy vivos y brillantes; una mirada inocente, incluso fantástica en cuanto a la temática, y una expresividad muy libre.
La artista se representa en la pintura a sí misma en el personaje de La Catrina, quien lleva de la mano a las y los espectadores por la original exposición, destacando objetos y símbolos como la flora y la fauna, las frutas, los animales, las costumbres locales, el vestido de los personajes, los paisajes y la arquitectura, entre otros elementos de su composición pictórica.
Es evidente la profunda conexión de la autora con la historia del arte; en la obra de Ortiz Valenzuela trasciende el estudio serio que ha realizado de las distintas escuelas de pintura mexicanas y de otros países, así como la cercanía que tuvo desde niña con diversos artistas y sus obras; no es difícil descubrir a sus favoritos: Rufino Tamayo, Frida Kahlo, José Guadalupe Posada, Rodolfo Morales, Diego Rivera.
La Catrina, del emblemático grabador Guadalupe Posada, refleja la idea de que el arte puede ser divertido, pues en cada obra se encuentra el reto de localizar a esa representación mexicana de la muerte, recordatorio de la temporalidad.
En cada obra de la muestra prevalece otro elemento simbólico: el árbol; a veces más simple, con tendencias naturalistas, o más estilizado, robusto y frondoso; puede ser tan grande como el lienzo donde ha sido representado u ocupar un modesto extremo; en algunas obras aparece vestido con flores y en otras absolutamente desnudo.
Cabe señalar que el árbol está siempre presente como símbolo de crecimiento, de conexión con el mundo y de la diversidad de culturas y familias artísticas, y es también fuente de vida y de inmortalidad. Es La Catrina quien recuerda, precisamente, que el arte está más vivo que nunca, que una escuela de pintura genera otra, y es así como se va construyendo la historia del arte.
La exposición “La Catrina, un recorrido por la historia del arte” puede visitarse de martes a domingo, de 10:30 a 18:30 horas, en el Museo de los Conspiradores que se ubica en la calle 5 de Mayo, número 18, en el Centro Histórico de la capital queretana; la entrada es libre.

					
				
					
				
					
				
					
				
					
				
												