Siguiendo la tradición que acompaña a estas fiestas, este año la plaza de San Pedro fue decorada con un pesebre diferente pero muy especial.

Año con año el Vaticano selecciona un nacimiento que complementará el ya tradicional árbol de navidad durante las fiestas decembrinas y este año no fue la excepción, sin embargo al presentarlo al público fue evidente que no era lo esperado.

En esta ocasión la sede papal se inclinó en otra dirección, hasta Castelli, una ciudad del centro-este de Italia en la región de Abruzzo, conocida por su cerámica desde hace siglos y en un intento por preservar la tradición estudiantes y profesores de una escuela local realizaron varias esculturas entre los años 1965 y 1975.

Resultando entre las esculturas un nacimiento monumental con figuras poco convencionales. Al presentar el pesebre el Papa Francisco invitó a los creyentes a interpretar esta representación de la natividad como un símbolo de paz, fe y esperanza ante la situación ante la que se encuentra el mundo.

Cabe mencionar que estas figuras han sobrevivido ya a dos terremotos uno en 2009 y otro en 2016 además de haber soportado una gran tormenta de nieve en 2017 por lo que representan la persistencia de la humanidad ante los desastres naturales.