Para refrendar el compromiso de la Secretaría de Cultura del estado (SECULT), con la preservación de las tradiciones vivas de la Sierra Gorda, la titular de la dependencia, Ana Paola López Birlain, encabezó la entrega de instrumentos y materiales complementarios a los talleres del Programa de Formación de Niñas, Niños y Jóvenes Huapangueros.

 

“Este programa, que hemos reactivado y fortalecido desde la Secretaría de Cultura responde a un objetivo claro: recuperar nuestra responsabilidad institucional con la lírica, la música y las tradiciones populares de la Sierra Gorda y el Semidesierto queretano”, afirmó.

 

Destacó que el programa es motivo de orgullo, porque nació del reconocimiento a las comunidades, a sus voces, a sus músicas, y al talento que florece desde la raíz, y porque, gracias al mismo, hoy 108 niñas, niños y jóvenes huapangueros de los  municipios de Landa de Matamoros, Arroyo Seco, Jalpan de Serra, Pinal de Amoles, Peñamiller, San Joaquín y Tolimán aprenden, cantan, tocan y construyen identidad a través de los sones huasteco y arribeño.

 

Añadió que lo importante no es sólo lo que aprenden, sino cómo lo aprenden: con el acompañamiento de maestras y maestros portadores del conocimiento tradicional, que hoy también cuentan con un reconocimiento a su labor.

 

López Birlain apuntó que la entrega de violines, jaranas, quintas huapangueras, cuerdas, fundas y afinadores, no es sólo un acto simbólico, pues se trata de herramientas reales que fortalecen el proceso formativo y garantizan continuidad, con lo que se hace patente el compromiso de la SECULT de trabajar en equipo con las comunidades y apostar por la descentralización de la cultura.

 

Resaltó que este tipo de acciones se enmarcan en el hecho de que Querétaro será sede del XXVIII Festival de la Huasteca, que se llevará a cabo del 16 al 19 de octubre, en el municipio de Jalpan de Serra, en lo que será una fiesta nacional que pondrá de relieve las raíces, las lenguas originarias y las expresiones que definen a la entidad.

 

“Lo que hoy entregamos no es sólo material, es continuidad, es arraigo y comunidad; es un paso más para que el huapango no sólo se escuche, sino que se herede, se viva, y se sienta con fuerza en el corazón de las nuevas generaciones”, concluyó.