La Secretaría de Salud (SESA) del estado de Querétaro se adhiere a la conmemoración del Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, efeméride proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para el 25 de julio, con el propósito de concienciar a la población acerca de este problema prevenible que ha sido la causa de más de 2.5 millones de muertes durante la última década.
Se designa como ahogamiento a las dificultades para respirar causadas por la inmersión en un líquido. Sus consecuencias pueden ser: la ausencia de morbilidad, morbilidad y muerte. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el año dos mil, la tasa mundial de mortalidad por ahogamiento ha disminuido un 38 por ciento y ha pasado de 6.1 a 3.8 por 100 mil habitantes.
A pesar de esos avances, las muertes por ahogamiento constituyen una crisis de salud pública prevenible, y los descensos observados en los dos últimos decenios no bastan para alcanzar los numerosos Objetivos de Desarrollo Sostenible a los que la prevención de los ahogamientos puede contribuir.
Los niños de corta edad corren un riesgo alto de ahogarse, ya que su capacidad para evaluar el riesgo está poco desarrollada y carecen de habilidades de natación y seguridad acuática. El riesgo aumenta cuando las y los niños entran en contacto con el agua sin la supervisión activa de un adulto.
El ahogamiento puede ocurrir de forma rápida y con una cantidad mínima de agua. Por lo tanto, las bañeras, las piscinas, las albercas inflables, los jacuzzis, e incluso las cubetas y los fregaderos llenos de agua, pueden ser peligrosos.
Los adultos deben supervisar a las niñas y los niños pequeños en el baño, mantener baja la tapa del inodoro. No utilizar un asiento de bañera sin la constante supervisión ya que el asiento puede darse vuelta o el bebé puede deslizarse dentro del agua.
Si cuenta con piscina: instalar un cerco de al menos 1.5 metros de altura en todos los lados, así como una puerta que cierre sola y se trabe con un sistema que esté lejos del alcance de la población infantil. Al terminar de nadar se deben retirar los juguetes de la alberca para prevenir que intenten ir a recuperarlos cuando nadie los supervisa. Los elementos de flotación inflables, como los chalecos, aros, balsas y tubos pueden brindar una falsa sensación de seguridad y no son muy efectivos para proteger a un niño de ahogarse. En los casos de alberca inflable verter toda el agua cuando se haya terminado de utilizar.