- En el marco del Día Nacional de la Protección Civil, especialistas manifestaron la necesidad de implementar monitoreos precisos al respecto.
Un sismo es un fenómeno natural que se manifiesta como un movimiento repentino de la corteza terrestre, originado por la acumulación y posterior liberación de energía en las placas tectónicas. Debido a su localización dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico —una de las zonas sísmicas más activas del mundo—, México se encuentra particularmente expuesto. Ante esta realidad, estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) reciben formación en este y otros temas clave.
El titular de la Coordinación de Protección Civil Universitaria (CPCU), Mtro. Rafael Porrás Trejo, dijo que —como parte de las asignaturas optativas— “Introducción a la evaluación de construcciones en la gestión integral de riesgos” fue incorporada a la carrera de Ingeniería Civil de la Facultad de Ingeniería (FI), con el propósito de fortalecer la instrucción en esta clase de eventos.
Los materiales base que se utilizan en estas clases fueron proporcionados por el Centro Nacional de Prevención de Desastres, con el objetivo de que alumnas y alumnos adquieran los conocimientos esenciales para actuar en una emergencia, especialmente en edificaciones con riesgo de colapso.
De acuerdo con el Mtro. Porrás Trejo, a pesar de que Querétaro se encuentra en nivel medio en cuanto al riesgo sísmico, la CPCU se mantiene preparada frente a cualquier eventualidad. Indicó que, hasta este momento, no se han registrado afectaciones en los inmuebles universitarios por esta causa, pero advirtió que la actividad sísmica en otras regiones del país es más frecuente, por lo que en ciertos casos podría percibirse movimiento, dependiendo de la ubicación del epicentro.
En esta misma temática, el docente de la FI, Dr. Omar Chávez Alegría, expresó que en la UAQ se han estudiado las diferentes trazas de monitoreo sísmico que hay en la región, como en la Ciudad de México, sin embargo, no existe ninguna que analice dicha actividad en la zona de Querétaro hacia la zona de subducción de Guerrero o Oaxaca que son las más activas, lo cual sería relevante. Señaló el caso de Morelos, el 19 de septiembre de 2017, lugar en donde no existía un monitoreo debido a que la zona no se consideraba relevante por su baja probabilidad y tomó a todos por sorpresa.
A raíz de esto, el investigador manifestó que, si bien en Querétaro son bajas las probabilidades de que ocurra un sismo, sí existe la posibilidad y la infraestructura debería estar preparada para ello. De cara a esta situación, la FI ha colaborado con el Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto de Ingeniería de la UNAM, trabajando de la mano de expertos como el Dr. Ramón Zúñiga, la Dra. Dora Carreón y el Dr. Jorge Arzate Flores, entre otros.