En un fulminante golpe, que nadie esperaba, cuatro mil miembros de las fuerzas armadas de la Secretaría de la Defensa Nacional, tomaron 73 instalaciones estratégicas de Pemex, y seis refinerías.

Quitaron al sindicato de Carlos Romero Deschamps el manejo de zonas “restringidas” y “estratégicas” como es, ni más ni menos, el centro de Monitoreo del combustible en donde ni funcionarios podían pasar.

En el contexto donde se presentó, en Palacio Nacional, el Plan Conjunto del Gobierno de la República de Andrés Manuel López Obrador para Combatir el Robo de Hidrocarburos en Pemex, este jueves pasado, en su tradicional conferencia mañanera, el presidente AMLO denunció la existencia de una red interna en el gobierno y Pemex, que es responsable del 80% del huachicol y dio a conocer ésta toma de instalaciones.

Y la más importante es el centro de Monitoreo porque es el cerebro y centro de control por donde se está monitoreando todo el combustible que entra y sale.

Estos pillos que manejaban éste lugar estratégico se despachaban con la cuchara grande.

Según lo que dice el presidente López Obrador, aquí había un robo diario de 200 millones de pesos que son 73 mil millones de pesos anuales, que son, ni más ni menos, 31 mil millones de pesos más del presupuesto anual de la UNAM Universidad Nacional Autónoma de México y, el 10% de la producción nacional.

El equivalente a 600 pipas diarias de 15 mil litros.
Se detuvieron a 3 funcionarios, que son pocos, considerando la magnitud del robo.

Yo creo que aquí había cientos ó miles de coludidos con éste enorme robo a la nación, incluyendo funcionarios del Gobierno y se debe llevar esto hasta las últimas consecuencias como la detención de éstos tres ex presidentes de la República, porque las escaleras se barren de arriba hacia abajo, como lo dice el propio Obrador.

Éste robo descarado, todos los mexicanos lo pagamos con gasolina cara.

Se tomaron, por parte de las fuerzas armadas, 6 refinerías, 39 terminales de almacenamiento y despacho, dentro de la que se encuentra una marítima; 12 estaciones de rebombeo, y el Centro de Control México; es decir 15 sistemas de distribución.

De hecho de entrada, y debido a ésta intervención militar, ya se redujo de golpe y porrazo un 17.4% el robo de combustible y se espera que en los próximos días, semanas y meses se siga reduciendo, hasta llegar a cero.

Dijo el presidente Obrador, que solamente el 20% del huachicol ó extracción clandestina de los ductos, provenía del crimen organizado y que ésto era una “pantalla” para disfrazar el verdadero y enorme robo que provenía de las propias instalaciones de Pemex que era del 80%.

El rojo lo hacían parecer, los funcionarios de Pemex, que “únicamente era el hecho de que alguien se acercaba a un ducto y le extraía el combustible.

No era así, tenía que haber una complicidad desde adentro que permitiera que en el ducto siguiera fluyendo el combustible para podérselo robar … ya que existe un sistema para conocer la presión (del combustible en los ductos), y hubo un día en que no se procedió a cerrar las válvulas, que era lo que se debió hacer, y ese día hubo una gran pérdida de combustible en un tramo de ductos”.

Desde sexenios anteriores necesariamente había complicidad de los funcionarios de Pemex, porque se detectaba de inmediato una baja de presión al haber una toma clandestina y que ellos podían cerrar las válvulas para evitar ese robo, pero no lo hacían.

Este plan contra el robo de combustible, comenzó el 20 de diciembre, a escasos veinte días de estar en el poder Obrador y, según lo dijo Octavio Romero, director de Pemex, bajó el robo de combustible un 50%.

Si ésto es así, es verdaderamente sorprendente y hay que aplaudirle a Obrador por éste hecho sin precedentes.   Créditos : La jiribilla.com