Si bien la explosión que registró el pasado martes el volcán Popocatépetl es una de las más importantes desde que comenzó su erupción, en 1994, no es indicativo de que vaya a tener mayor actividad a partir de ahora, afirmó Hugo Delgado Granados, director del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

Aunque fue un evento relevante en cuanto a la energía liberada, su duración no fue tan grande como para exhalar gran cantidad de material; de hecho, tuvo una duración de aproximadamente un minuto, apuntó. “De modo que no hay una repercusión en términos del volumen de material lanzado y eso es una buena señal.

El volcán sigue teniendo explosiones. Después del evento del martes pasado (22 de enero), al menos ha habido tres”, informó por medio del boletín 048 emitido la mañana de este jueves. Resaltó que actualmente se le da mayor seguimiento a la actividad del Popocatépetl. Hoy, a diferencia de hace algunos años, tenemos más cámaras y por ello los sucesos en torno al volcán son mucho más vistosos.

“Con la reciente renovación del equipo de monitoreo es posible una observación más clara y cercana de su actividad, y con base en el registro que se lleva podemos decir que no hemos salido del rango de intensidades que ha tenido Don Goyo desde hace casi 25 años”.

Que el Popocatépetl haya tenido una explosión que generó una columna de más de 4 kilómetros de altura deja claro que este tipo de eventos puede ocurrir en cualquier momento y, en consecuencia, acercarse al cráter no es recomendable, subrayó.

Un evento explosivo emite materiales que alcanzan un promedio de 5  kilómetros y nadie vive en los primeros 11 cercanos al volcán; lo que sí sucede es que las cenizas alcanzan hasta más de 30 kilómetros al ser transportadas por el viento, que en esta época del año tiene dirección preferencial hacia el oriente del volcán; en este caso sí pueden llegar a las poblaciones ubicadas en este rango de distancia. Es  a ellas a quienes más se les pide tomar en cuenta las recomendaciones de Protección Civil.