La Secretaría de Salud del estado de Querétaro conmemora el Día Mundial del Parkinson, 11 de abril, fecha establecida por el aniversario de James Parkinson, neurólogo británico que en 1817 descubrió, lo que en aquel tiempo, llamó parálisis agitante, y que hoy conocemos como enfermedad de Parkinson.

Según investigaciones, las enfermedades neurológicas son actualmente las principales causas de discapacidad, y entre estas, el Parkinson es la enfermedad con mayor índice de crecimiento. Según los últimos estudios, en 2040 el Parkinson superará los 12 millones de personas afectadas en el mundo.

El temblor es uno de los síntomas motores de esta enfermedad, y también el más conocido.  Sin embargo, existen otros síntomas que en muchas ocasiones son más invalidantes, como los síntomas no motores: problemas del sueño, depresión, trastornos de control de impulsos, problemas cognitivos.

Los primeros signos pueden ser leves y pasar desapercibidos. Un temblor o sacudida, generalmente comienza en una extremidad, a menudo en la mano o los dedos. Con el tiempo, la enfermedad de Parkinson puede retardar el movimiento, haciendo que las tareas simples sean difíciles y lleven más tiempo. La rigidez muscular puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, los músculos rígidos pueden ser dolorosos y limitar posibilidad de movimiento.

La postura puede volverse encorvada o puede tener problemas de equilibrio como consecuencia de la enfermedad. Asimismo hay cambios en el habla y puede resultar más difícil escribir y la letra puede parecer pequeña.

Tener un pariente cercano que sufra la enfermedad de Parkinson aumenta las probabilidades de que se desarrolle la enfermedad. Los hombres son más propensos a desarrollar la enfermedad de Parkinson que las mujeres. La exposición constante a herbicidas y pesticidas puede aumentar ligeramente el riesgo de padecerla.

No hay una prueba específica para diagnosticar el Parkinson. El médico diagnostica la enfermedad basándose en la historia clínica del paciente, en una revisión de signos y síntomas, un examen físico y neurológico y estudios de laboratorio y gabinete.

La enfermedad de Parkinson no tiene cura, pero los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas, generalmente en forma notable

El médico también puede recomendar algunos cambios de estilo de vida, especialmente, ejercicios aeróbicos constantes. En algunos casos, la fisioterapia que se centra en el equilibrio y la elongación también es importante.