Los problemas sociales como la violencia, la pobreza y la adicción a las drogas inciden en alza de los trastornos mentales, sostuvieron expertos durante el Seminario permanente El Derecho y la salud mental, organizado por El Colegio Nacional.

Mercedes Juan López, ex directora del Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Conadis) precisó que 19 por ciento de las discapacidades son psicosociales o mentales. “Las condiciones de pobreza, violencia y adicciones a las drogas generan también trastornos mentales”, comentó la ex titular de la Secretaría de Salud.

Con ello coincidieron Eduardo Ángel Madrigal de León, director del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz y el senador Emilio Álvarez Icaza Longoria.

Juan López comentó que las condiciones ambientales pueden detonar depresión, bipolaridad y esquizofrenia y recordó que las discapacidades psicosociales son la primera causa de suicidio, especialmente la depresión.

Madrigal de León, añadió que aunque la salud mental “es un problema de salud pública, siempre ha tenido baja prioridad en la agenda, por escasez de infraestructura, de recursos humanos y financiamiento insuficiente. Hay una resistencia a incorporar a la salud mental en la atención primaria y en hospitales generales. No hay una red integral de servicios”.

Añadió que en el país “los servicios de salud mental se construyeron paralelos a los sistemas de atención a la salud en general” y “no existe, o está muy pobre, infraestructura para la atención a la salud mental, inserta en el sistema de salud como tal”.

Dijo que “lo que tenemos son hospitales psiquiátricos aislados del resto del sistema”. Aunado a esto “hay insuficiente capacitación para la atención de la salud mental y la comorbilidad”.

Juan López indicó que más del 50 por ciento de quienes padecen discapacidad psicosocial son mujeres y “cada cuatro personas, una tendrá un trastorno mental o neurológico, por lo menos una vez en su vida”.

Lamentó que prevalezca el “estigma, discriminación y exclusión” de quienes presentan un mal mental. “Las personas con discapacidad psicosocial o mental siguen siendo víctimas de encierros involuntarios en instituciones psiquiátricas y centros de reclusión y readaptación”.

 

Con información de La Jornada.