En México fueron procesados por homicidio aproximadamente 11 mil menores de edad entre 2006 y 2011, y 26 mil enfrentaron a la ley por delitos de comercio, posesión y consumo de drogas o portación de armas de fuego, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dijo Víctor Oswaldo Orozco Estrada, profesor de psicología del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS).

En Jalisco, en promedio anual, son mil los menores procesados desde 2014 por distintos delitos; la mayoría son hombres, aunque puntualizó que cada vez hay más mujeres involucradas.

Dijo que son importantes las medidas preventivas que tengan las familias para impedir que los menores delincan, así como también es importante la intervención de trabajadores sociales y psicólogos para evitar que el menor reincida y pueda reincorporarse de una manera adecuada a la sociedad.

“Lamentablemente, con las familias y los menores de edad no es un trabajo que permita generar nuevas herramientas y formas de afrontar esta situación debido a que, en muchos casos, el menor puede llegar a ser victimizado, señalado como un niño-problema, y esto también lo va integrando a su propia persona, lo que provoca que sea complicada la intervención”, agregó Orozco Estrada.

Por su parte, la directora del Centro de Evaluación e Investigación Psicológica del CUCS, maestra Martha Catalina Pérez González, aseguró que la solución para los menores infractores no es sólo bajar la edad en la que pueden ser enjuiciados, sino que haya formas alternativas para sancionarlos y hacer el manejo psicosocial, pues cuando se les juzga como adultos el estado emocional y psicológico del niño o adolescente no es lo más adecuado.

“Tenemos que entender que está ahí por alguna razón, y entender las historias que hay detrás, porque a veces son sumamente complicadas. No solamente es lo que conoce la gente de cómo llevó a cabo el delito y lo que los medios de comunicación dan a conocer”.

Los especialistas aseguraron que la misma familia puede ser una mala influencia al incitar al menor a desarrollar conductas delictivas, por lo que es importante valorar el entorno familiar desde los centros educativos y los programas sociales que ofrece el Estado.

“Se han identificado a familias que viven del narcomenudeo y que se dedican al secuestro, y los niños tienen que crecer en estos grupos en que el delito es permitido, incluso la violencia es el único medio para resolver los conflictos. El trabajo que tenemos que hacer es directamente con las familias y las comunidades. No es una labor fácil, que se pueda realizar de la noche a la mañana, sobre todo cuando los niños aprenden que esta conducta puede llegar a ser una forma de vida”, aseguró Orozco Estrada.

Lo anterior lo comentaron los investigadores durante la rueda de prensa para dar a conocer el primer Encuentro Académico Profesional Psicología y Ciencias Forenses, que tendrá lugar en el CUCS del 22 al 24 de mayo, evento que está abierto a profesionales de la psicología, la salud y la criminalística, e incluye conferencias, paneles de discusión y una expo forense.

Con información de La Jornada.