Singapur y China estrenan este lunes el nuevo modelo de “burbuja” en viajes internacionales entre los dos países tras mantener controlados los contagios por el coronavirus, con el objetivo de reiniciar la actividad económica. Conforme a este acuerdo bilateral, firmado a finales de mayo, los ciudadanos de ambas naciones pueden retomar desde este lunes los viajes oficiales y de negocios esenciales entre la ciudad-estado y seis urbes chinas como Shanghai o Guangdong, según ha detallado el Ministerio singapurense de Exteriores.

Los viajeros singapurenses y chinos tienen que solicitar visado con antelación, aunque gracias a este acuerdo quedan exentos de cumplir una cuarentena obligatoria de 14 días a la entrada al país.

Sí deben pasar una serie de controles médicos y dar negativo en las pruebas -48 horas antes del viaje y después de aterrizar- por la COVID-19, además de acarrear con los costes de estos test, y permanecer aislados uno o dos días a su llegada a destino hasta conocer el resultado de la última prueba.