Irónico: el régimen chino exigirá a aquellos pasajeros que arriben a sus terminales portuarias, fronteras y aeropuertos un documento probatorio de que están libres de COVID-19. La decisión fue anunciada este martes por las autoridades que intentan frenar la expansión del brote de coronavirus Sars-CoV-2 que surgió en Wuhan hacia finales de 2019. La medida se da a pesar de que Beijing permitió la libre circulación de ciudadanos por todo el país y el resto del mundo durante los primeros meses del año, pese a conocer el peligro que ello implicaba.

“La medida forma parte de los esfuerzos del país para contener la propagación de la pandemia mundial”, señala el órgano estatal Global Times, uno de los principales difusores del Partido Comunista Chino (PCC) y el gobierno. “Los ciudadanos extranjeros deben solicitar la certificación sanitaria de las embajadas y consulados chinos y proporcionar resultados negativos de las pruebas de ácido nucleico”, dice el comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, dijo en una conferencia de prensa que las embajadas de su país evaluarán seriamente las capacidades de prueba de ácido nucleico de las naciones en los que se encuentran, con medidas específicas que se anunciarán más adelante en función de comunicaciones suficientes con esos países. “La política es oportuna ya que el brote de coronavirus se controla en gran medida en el país y el país ahora enfrenta más presión para evitar los casos importados de COVID-19”, justificó Wang Yanan, editor en jefe de la revista Aerospace Knowledge.

De acuerdo a Yanan, el número de pasajeros afectados por la nueva política no sería grande porque muchos países son cautelosos al reanudar los vuelos internacionales por temor a nuevos brotes. “Además, lleva mucho menos tiempo obtener el resultado de una prueba de ácido nucleico. Por ejemplo, se puede hacer en menos de 24 horas en China”, dijo.