Decenas de miles de brasileños salieron de nuevo este sábado a las calles de varias ciudades del país para pedir un juicio político para el presidente Jair Bolsonaro, cada vez más mermado principalmente por su caótica gestión de la pandemia. Ésta es la cuarta protesta en menos de dos meses en la que se levanta masivamente la ciudadanía brasileña contra el mandatario.

Las manifestaciones con mayor asistencia ocurrieron en Sao Paulo (la ciudad más golpeada por la pandemia), Río de Janeiro, Recife, Belo Horizonte y Brasilia, donde las protestas se concentraron frente a la sede del Congreso, para reforzar la presión por un juicio político contra el mandatario. Los manifestantes también pidieron acelerar el proceso de vacunación y aumentar el monto de los auxilios para que las personas en situación más desfavorable puedan enfrentar la crisis.

Convocadas por las centrales sindicales, partidos de izquierda y movimientos sociales, las protestas se llevaron a cabo pacificamente, durante todo el día. «La indignación de las personas y las protestas de las calles van a llegar al Congreso. Los partidos y los sindicatos están presionando para que se abra el proceso de destitución», mencionó Gleissi Hoffman, presidente del Partido de los Trabajadores, la principal asociación de oposición.

Hasta el inicio de la tarde, la prensa brasileña reportó con imágenes de avenidas repletas de manifestantes, protestas contra Bolsonaro en 20 de los 26 estados de Brasil. La popularidad del presidente ultraderechista está en su nivel más bajo: 24 por ciento, y los sondeos indican que en las elecciones de octubre del año entrante sería derrotado por su mayor rival, el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.