Las principales autoridades religiosas cristianas y musulmanas del Líbano oficiaron este miércoles una ceremonia interreligiosa para rendir homenaje a las víctimas de la explosión de hace un año en el puerto de Beirut, una tragedia que dejó más de 200 muertos y la ciudad parcialmente en ruinas.

La ceremonia, celebrada dentro del puerto de Beirut, fue presidida por las principales autoridades musulmanas, así como por el patriarca de la Iglesia cristiana maronita libanesa, el cardenal Bechara Rai. Más de un centenar de personas asistieron al evento, incluidas las familias de las víctimas, que fueron trasladadas en autobuses hasta el puerto.

Al mismo tiempo, miles de libaneses confluyeron hacia el centro de la capital, inconformes por la impunidad de los políticos responsables de la tragedia. Al menos seis personas fueron hospitalizadas y decenas tuvieron que ser atendidas cerca del Parlamento libanés tras registrarse choques con los cuerpos policiacos. Algunos manifestantes intentaron cruzar la alambrada exterior del edificio y lanzaron piedras a los agentes, que repelieron el ataque con gases lacrimógenos.

El presidente libanés, Michel Aoun, pidió al inicio de una conferencia de donantes en línea impulsada por Francia apoyo internacional. «El Líbano cuenta con ustedes, no lo dejen caer», pidió a los participantes del encuentro en el que Francia se comprometió con 100 millones de euros en ayuda humanitaria, Alemania otros 40 y Estados Unidos casi 100 millones de dólares.