Los talibanes reivindicaron este miércoles el atentado suicida perpetrado el martes en la noche en Kabul contra el ministro afgano, en el que perecieron 8 personas, y amenazaron con cometer nuevos atentados contra altos cargos del gobierno. Dos grandes explosiones retumbaron en Kabul, con dos horas de intervalo. Ocho civiles murieron y unos 20 resultaron heridos, según un balance actualizado el miércoles por el ministerio del Interior.

El ataque fue perpretado «por un grupo de muyahidines equipados con armas ligeras y pesadas» y es «el comienzo de las represalias contra los dirigentes de la administración de Kabul que ordenan ataques y bombardeos en todo el país contra civiles», mencionó en un comunicado Zabihulá Mujahid, portavoz de los talibanes.

Se trata del primer ataque talibán de en varios meses. El acuerdo firmado en febrero de 2020 en Doha con Estados Unidos, que previó la retirada de todos los soldados extranjeros de Afganistán, les impedía en teoría llevar a cabo ataques en las grandes ciudades afganas.

Las fuerzas de seguridad tardaron 5 horas en acabar con la resistencia de los asaltantes, quienes fueron abatidos.

El ultraconservador grupo islámico se hizo con el dominio de numerosas zonas rurales desde que las fuerzas estadounidenses anunciaran su retirada de Afganistán a principios de mayo.