El mismo día en que se cumplió un año de las polémicas elecciones presidenciales que refrendaron el mandato de Alexander Lukashenko en Bielorrusia. Estados Unidos, Canadá y Reino Unido aplicaron nuevas sanciones económicas contra un importante grupo de personas, empresas y entidades estatales, aduciendo el permanente abuso de poder por parte del gobierno bielorruso contra sus ciudadanos.

La respuesta de Bielorrusia llegó este martes en un comunicado del ministerio bielorruso de Asuntos Exteriores en el que se acusa a Occidente de pretender tumbar el régimen de Alexander Lukashenko, aliado de Putin.

De acuerdo con el comunicado, las «medidas coercitivas unilaterales» están destinadas a «debilitar la soberanía y la independencia de Bielorrusia, así como el bien estar y la prosperidad del pueblo bielorruso. Lo único que Occidente busca, ignorando con desdén los resultados de la expresión de la voluntad del pueblo bielorruso, es un cambio de poder en Bielorrusia».

Y añade, «escondidos detrás de hipócritas eslóganes de defensa de los Derechos Humanos y de la democracia, nuestros adversarios occidentales están guiados, en realidad, por un puro cálculo geopolítico».

Las nuevas sanciones apuntan a una larga lista de responsables oficiales, sociedades, entidades y empresarios que funcionarían como «testaferros» del régimen, según las explicaciones dadas por el Departamento del Tesoro estadounidense.