Después de violentos enfrentamientos, los talibanes lograron conquistar la capital provincial de Farah y de Pul-e-Khumri, convirtiéndose en la séptima y octava ciudades afganas en caer en manos talibanas en una semana.

Tras intensificar sus combates durante los últimos días, los talibanes rompieron el cinturón de seguridad hacia el mediodía de este martes y entraron a la ciudad. «Los talibanes capturaron hoy por la tarde la capital provincial de Farah, mientras las fuerzas de seguridad solo resisten en el recinto del Directorio Nacional de Seguridad (NDS)», la principal agencia de inteligencia afgana, dijo Abdul Naser Farahi, diputado por Farah en la Cámara Baja del Parlamento nacional.

«La casa del gobernador, la sede de la policía provincial y algunas otras oficinas gubernamentales han sido capturadas por los talibanes», detalló el parlamentario, que destacó que aún se libran fuertes enfrentamientos y la mayoría de las tropas se encuentran atrincheradas en la base provincial del Ejército.

Por su parte, los talibanes confirmaron la toma de la ciudad tras capturar la casa del gobernador y otraos inmuebles. «La operación de despeje continúa para expulsar a las fuerzas enemigas del resto de la ciudad. Despejaremos pronto el resto de la ciudad», comunicó en Twitter uno de los portavoces talibanes, Qari Yusuf Ahmadi. Farah, que hace frontera con Irán, tiene importancia estratégica tanto para las fuerzas gubernamentales como para los talibanes, ya que conecta la provincia de Herat con el sur del país.

La mayoría de los distritos de la provincia ya estaban bajo el control de los talibanes y aunque la ciudad de Farah había sufrido en varias ocasiones los ataques de los insurgentes, nunca había caído totalmente bajo su control.