El Gobierno japonés ofició este domingo en que se cumplen 76 años de la rendición nipona que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, una ceremonia en la capital, Tokyo, para conmemorar a aquellos que perdieron la vida en el frente asiático de esta contienda.

Al ceremonial suelen asistir unas 6.000 personas, pero en esta ocasión contó apenas con alrededor de 200 participantes debido a la pandemia. Cuando el reloj marcó el mediodía, los asistentes como los grupos de personas en diversos puntos del país guardaron un minuto de silencio en memoria de los más de 3 millones de personas que perdieron la vida en el escenario asiático del conflicto.

«Analizando el largo período de paz de la posguerra, reflexionando sobre nuestro pasado y teniendo en cuenta los sentimientos de profundo remordimiento, espero sinceramente que los estragos de la guerra nunca más se repitan», pronunció el emperador Naruhito durante su discurso. «Junto a nuestro pueblo, rindo ahora mi más sincero homenaje a todos aquellos que perdieron la vida en la guerra, tanto en los campos de batalla como en otros lugares, y rezo por la paz mundial y por el continuo desarrollo de nuestro país», agregó.

En el evento participaron, además de los emperadores, Naruhito y Masako, supervivientes de la contienda, y el primer ministro, Yoshihide Suga, que enfatizó el compromiso de Japón a la hora de hacer del mundo un lugar más pacífico. «Bajo la máxima de contribuir de manera proactiva a la paz, uniremos fuerzas con la comunidad internacional y haremos todo lo posible para resolver los diversos desafíos que enfrenta el mundo», afirmó ó en su intervención.