La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, comunicó la medida en una rueda de prensa tras una reunión con su Gabinete y afirmó que es «la opción más segura para todos nosotros en este momento».

«(La variante) delta nos lleva ventaja y hemos tenido que ponernos al día tan rápido como hemos podido, pero no pienso que hayamos alcanzado el pico de este brote», añadió.

La jefa del gobierno del país oceánico indicó que se detectaron 35 nuevas infecciones, lo que eleva el total a 107, y que unas 13,000 personas que estuvieron en contacto con personas contagiadas se someten a una prueba.

Ardern ordenó el pasado martes un confinamiento de 7 días para Auckland y la península de Coromandel, y uno de 3 días para el resto del país, tras reportarse el primer contagio local de covid-19 en Nueva Zelanda en medio año.

El confinamiento, que debía terminar el martes, se prolongará de nuevo hasta el viernes 27 de agosto, salvo la ciudad de Auckland, la más afectada, que durará hasta el 31 de agosto por la noche.