La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, estimó este jueves que la economía de la zona euro va a «superar» antes de finales de año su nivel previo a la pandemia, tras la revisión a la alza por parte de la institución de su proyección de crecimiento para 2021. Lagarde mencionó que «el impacto de la pandemia es menos duro», pero advirtió que la variante delta podría retrasar la apertura total de la economía y que aún queda camino por recorrer. «Todavía hay más de dos millones menos de personas con empleo que antes de la pandemia, especialmente entre los jóvenes y los menos cualificados», enfatizó.

En rueda de prensa Lagarde admitió tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE que la economía de la zona del euro repunta claramente, pero el ritmo de mejora dependerá de la evolución de la pandemia. «La propagación de la variante delta no ha requerido que se vuelvan a imponer medidas de confinamiento, pero podría ralentizar la recuperación en el comercio global y la reapertura completa de la economía», añadió.

El BCE aumentó este jueves su estimación de crecimiento en la zona euro a 5% en 2021, en un contexto de reactivación económica tras el impacto de la pandemia, según Lagarde. Esto es 0,4 puntos porcentuales más que la previsión pasada, de 4,6%. En contraste, los expertos del BCE recortaron ligeramente su estimación de crecimiento de 4,7% a 4,6% para 2022, y para 2023 la dejaron en 2,1%. En cuanto a la inflación en la zona euro, el BCE modificó al alza su estimación para 2021, 2022 y 2023. Este año el índice de precios al consumidor debería aumentar 2,2%, es decir más que el objetivo a mediano plazo, indicó Lagarde.

La inflación, que es de 4,6% hasta ahora, se situaría en 1,7% en 2022 y 1,5% en 2023. No obstante, el BCE señaló que el alza actual es «ampliamente temporal», añadió Lagarde durante la conferencia de prensa al final de la reunión del consejo de gobernadores. En ese encuentro, el BCE mantuvo sus principales tasas en su nivel más bajo de la historia. La principal tasa de interés se mantuvo en cero, y a los bancos se les aplicará una retención de 0,50% en los depósitos que entregan al banco central en lugar de prestarlos a sus clientes.