En su discurso ante autoridades de Eslovaquia, donde se encuentra de viaje tras pasar brevemente por Hungría, el papa Francisco aprovechó para pedir por una Europa que «se distinga por su solidaridad», sobre todo tras la pandemia, y que vuelva a situarse en «el centro de la Historia».

Desde el corazón de la Unión Europea, el pontífice destacó que «la fraternidad es lo que necesitamos para promover una integración cada vez más necesaria» durante su intervención en los jardines del Palacio presidencial, tras llegar este domingo al país.

«Esta [fraternidad] urge ahora, en un momento en el que, después de durísimos meses de pandemia, se plantea, junto a muchas dificultades, una anhelada reactivación económica, favorecida por los planes de recuperación de la Unión Europea», mencionó Francisco desde Bratislava, capital eslovaca.

Todavía «se puede correr el riesgo de dejarse arrastrar por la prisa y la seducción de las ganancias, generando una euforia pasajera que, más que unir, divide”, alertó.

Añadió que «la sola recuperación económica no es suficiente en un mundo donde todos estamos conectados, donde todos habitamos una tierra media», por lo cual instó a que Eslovaquia, donde aún «varios frentes siguen luchas por la supremacía, reafirme su mensaje de integración y de paz» y así «Europa se distinga por una solidaridad que, atravesando las fronteras, pueda volver a llevarla al centro de la historia».