El originario de San Juan del Río, Querétaro, Cuautli Emmanuel González Tec, participó como fisioterapeuta de la selección mexicana de futbol que ganó bronce en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Una lesión cambió su vida, Cuautli entrenaba basquetbol, pero tuvo una lesión de la cual tardó en recuperarse, cuando inició su rehabilitación el fisioterapeuta que lo atendió le enseñó cosas básicas que lo llevaron a enamorarse de la fisioterapia, por lo que abandonó la carrera de odontología y emprendió el camino en esta área.

Con nueve años de experiencia dentro de la fisioterapia deportiva, Cuautli cumplió el sueño de pertenecer a una selección olímpica. Estudió en la Universidad del Futbol y Ciencias del Deporte, en Pachuca y posteriormente hizo su servicio social en el Club Querétaro.

En el equipo queretano trabajó desde las fuerzas básicas, fue testigo de los torneos ganados por el equipo como la Copa Dallas, Copa MX, y cuando Jaime Lozano fue campeón con la Sub 20, además de que atendió a canteranos que hoy son seleccionados nacionales como Luis Romo.

“Es algo que me cambió la vida, fui a hacer la entrevista, no me dijeron que ya era parte, me enteré por el director deportivo de Gallos que me iría a la selección, esperaron a que culminara mi contrato, en Gallos me apoyaron bastante, les tengo un gran cariño”, expresó.

Experiencia en Tokio 2020

La selección mexicana sub 23 de futbol llegó a Hiroshima 15 días antes de su participación con la finalidad de aclimatarse, solamente 12 personas de staff, de 30 que comúnmente acuden, pudieron asistir a la justa veraniega debido a la pandemia.

“Me sentía aislado porque no podíamos salir, teníamos vigilancia las 24 horas, si teníamos que ir a comer bajaba un oficial con nosotros, la seguridad era muy estricta, terminó esa semana de preparación y llegó lo que todos ansiábamos: entrar a la villa; estaba emocionado, y lo primero que hicimos fue ir al comedor para ver a todos y ahí empezó la aventura”, explicó Cuautli.

La emoción fue muy grande y no pudo evitar tomarse fotos con atletas como Paul Gasol, como todo un aficionado del basquetbol, al igual que lo hizo con el tenista número 1 del mundo, Novak Djokovic.

Para el fisioterapeuta queretano, la clave de ganar la medalla de bronce fue que, en el equipo, tanto jugadores como staff se llevaron muy bien.

“Todos eran muy buena onda, una de las anécdotas es que me pusieron en un concurso de baile con el doctor, el doctor sacó unos pasos increíbles y ganó, siempre teníamos esa competencia entre él y yo, él me ganó en el baile, pero yo le gané en unas carreritas en la cancha, el ambiente era muy sano”, aseguró.

Cuando México perdió contra Brasil, el ánimo decayó, pero sabían que aún podían pelear por la medalla de bronce y hacer historia.

“No podíamos regresarnos sin nada, luego de tantos mexicanos apoyando, tanto trabajo. Tuvimos una charla muy bonita, llegó el partido contra Japón, llegó el primer gol y vives la euforia, lo gritas, llegó el segundo y ya quieres que se acabe todo, llegó el tercer gol y ahí el sueño se hizo realidad”, platicó.

Luego de unos días de vacaciones para todo el staff, el proceso rumbo a los Juegos Olímpicos de París 2024 comenzó, a Cuautli le gustaría volver a ser parte de una selección olímpica.

“Me veo en París apoyando, dando mi máximo esfuerzo y si no me toca ir, estaré apoyando desde donde esté, mandando todas las buenas vibras, y si me toca ir, daré mi máximo para que los jugadores estén en su mejor nivel”, mencionó.

Como orgulloso sanjuanense le dedicó la medalla a su tierra natal, pero también a toda la gente que lo ha apoyado, principalmente a su familia.

“Le dedico esto a mis padres en primer lugar, a mis hermanos, tengo un hermano que tiene leucemia y siempre le digo que lo admiro mucho porque todos los días se levanta con una sonrisa, nos da el ejemplo de no rendirse, a toda mi gente bonita de San Juan del Río, y sobre todo a mi novia porque es difícil estar lejos de casa; esta medalla es para todo Querétaro, también para todo Hidalgo donde estudié, y para todo México”, concluyó.