La fiscalía pidió 1 años de prisión contra Greg Kelly, excolaborador estadounidense de Carlos Ghosn, en la más reciente de las audiencias de un caso que comenzó hace un año en Tokio por supuestas malversaciones financieras del fabricante automotriz japonés Nissan.

Arrestado en noviembre de 2018 junto con el presidente ejecutivo por entonces de la alianza automovilística Renault-Nissan-Mitsubishi Motors poco después de su aterrizaje en Tokio, el jurista, de 65 años, ocupaba sólo un papel secundario en este caso.

Se encontró en el ojo del huracán frente a la justicia japonesa desde la huida hacia el Líbano a fines de 2019, del principal acusado, Carlos Ghosn, quién se escondió en una caja de material de audio para escapar en un jet privado pasando inadvertido ante los controles aeroportuarios nipones, acción en la que fue auxiliado por dos estadounidenses que ya cumplen condena en ese país por ello. Ghosn continúa prófugo.

Según la ley japonesa, teóricamente Kelly se enfrenta a una pena de hasta 10 años de prisión por haber ayudado a Ghosn -de acuerdo con los fiscales japoneses-, a ocultar  a las autoridades bursátiles niponas alrededor de 9,000 millones de yenes entre 2010 y 2018, remuneración que Nissan tenía previsto pagarle posteriormente. Se espera una sentencia dictada para el 2022.