Este lunes el general sudanés Abdel Fattah al Burhan disolvió las autoridades de transición del país, cuyos miembros civiles fueron mayoritariamente detenidos, y decretó el estado de emergencia, mientras que, en las calles, ya hubo más de 3 muertos y decenas de heridos entre los manifestantes prodemocracia.

Seis países occidentales (Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Irlanda, Noruega y Estonia) pidieron una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que debería tener lugar el martes por la tarde, indicaron fuentes diplomáticas.

Desde la mañana, el primer ministro Abdala Hamdok, su esposa y al menos 7 responsables civiles (ministros y miembros civiles del Consejo Soberano, la mayor autoridad de la transición) fueron detenidos por los militares, según Amnistía Internacional.

En una declaración televisada a media jornada, el general Abdel Fattah al Burhan afirmó que quiere «una transición civil y elecciones libres en 2023», tras 30 años de régimen de Omar al Bashir, pero anunció el cese de todos los dirigentes.