- La rectora de la Universidad, Dra. Teresa García Gasca brindó la conferencia “La universidad mexicana frente al reto de una pandemia en el S. XXI”.
Durante esta exposición, la Rectora de la Máxima Casa de Estudios de la entidad, agradeció la oportunidad para poder platicar acerca de las estrategias implementadas en la UAQ desde que fue declarada la pandemia por COVID-19 en marzo del 2020 y cómo es que esta Institución no detuvo su labor y echó mano de las herramientas digitales para continuar su trabajo académico, de investigación y administrativo, estando ya en un proceso de reincorporación paulatino hasta concluir el próximo año -si las condiciones lo permiten- con una presencialidad responsable.
Es así que la UAQ decidió no ser un espectador de la situación mundial por la pandemia, por lo que optó por poner por delante el talento universitario y comenzar importantes avances científicos encaminados, por un lado, a detectar los casos positivos del SARS CoV-2, como las pruebas RT-PCR punto final, qPCR y RT-LAMP y por el otro, una vacuna contra el COVID-19.
“Decidimos nosotros apoyar al Sector Salud con la determinación de personas contagiadas; en esos entonces nuestro gobierno mexicano estaba recién empezando una estrategia de detección del virus con el modelo Centinela (…) Decidimos montar una prueba de diseño propio, una prueba cualitativa, menos sensible pero lo suficientemente específica que nos permitiera, con otros insumos que no se estaban acabando en el mercado, que también son de pruebas moleculares, echar andar una prueba por PCR en punto final”, añadió.
Por otra parte, señaló que, aunado a esto, un equipo liderado por el Dr. Juan Joel Mosqueda, decidió desarrollar una prueba de anticuerpos de diseño propio y una vacuna. Mencionó que para la prueba de anticuerpos se diseñó una prueba ELISA indirecta, cuyo principio consiste en adherir una parte del virus SARS CoV-2 (antígeno) en una base e incubarlo con suero humano. Actualmente se ha vacunado a cabras y cerdos con buenos resultados en producción de anticuerpos.
Respecto a la vacuna, dijo que se identificaron y seleccionaron seis péptidos del RBD-S y se generaron péptidos sintéticos para hacer pruebas de reconocimiento; se unieron las secuencias nucleotídicas para formar un gen quimérico y producir la proteína quimérica recombinante.
Los anticuerpos vacunales neutralizan la unión el RBD de las variantes de preocupación alfa, beta, gama y delta al receptor ACE-2, además de la cepa original de Wuhan.
“Esta experiencia nos ha permitido ver una luz de esperanza en las universidades, lo decimos y lo repetimos siempre, además de obtener una vacuna, lo que nosotros buscamos es reivindicar la ciencia mexicana”, aseveró la Dra. García Gasca.
Finalmente, el Mtro. Rubén Solís Ríos, rector de la UJED, reconoció el trabajo que se ha hecho en la UAQ en temas trascendentales como estos y deseó que este proyecto llegue a buen fin trayendo consigo un beneficio para todos.
